«Los días venideros serán difíciles y, a menudo, dolorosos», dijo el primer ministro haitiano
Durante el fin de semana, parte de Haití fue sacudida por un sismo de 7,2 en la escala de magnitud que dejó a más de 2.000 personas muertas y cientos de heridos. Días más tarde, el huracán Grace pasó por el país, cobrando a su paso cuatro muertos y varias personas desaparecidas.
«Creemos que todavía hay cuerpos en las ruinas, porque podemos olerlos debajo de los escombros», dijo Jean Mary Naissant, uno de los funcionarios de Cavaillon, que se encuentra cerca de la ciudad sureña de Les Cayes, una de las zonas más afectadas por el terremoto.
La Dirección de Protección Civil (DPC) haitiana, que coordina la respuesta de emergencia, informó en las últimas horas del miércoles que el número de muertos por el sismo del sábado había aumentado a 2.189 y que el número de heridos ascendía a 12.200. Los residentes de Cavaillon protestaron el lunes para exigir más ayuda para excavar los edificios derrumbados, pero la ayuda del Gobierno aún no había llegado desde la capital, unos 180 kilómetros al este.
El huracán Grace provocó fuertes lluvias sobre las mismas regiones donde el terremoto derrumbó más de 84.000 viviendas, dejando un saldo desolador en las grandes ciudades y los pequeños pueblos. «Es muy triste, todas las casas de pueblo están destruidas y estamos todos en el parque, a pesar de las lluvias», dijo a la agencia Sputnik vía telefónica Nadege Joseph, quien vive en una plaza con otros residentes, tras derrumbarse parte de su casa.
A Nadege le preocupa la reciente medida del Gobierno de prohibir los campamentos de refugiados en zonas urbanas, mientras todavía muchas personas se encuentran sin hogar. Las autoridades argumentaron que los grandes campamentos de refugiados fueron difíciles de manejar tras el sismo de 2010 que destruyó Puerto Príncipe.
El primer ministro Ariel Henry, a través de un mensaje en video, dijo el miércoles que todo el país está devastado física y mentalmente. «Nuestros corazones se están desgarrando; algunos de nuestros compatriotas todavía están bajo los escombros», expresó, haciendo un llamamiento para que la atribulada nación se una en un momento de crisis. «Los días venideros serán difíciles y, a menudo, dolorosos», agregó, informó Reuters.